martes, 18 de noviembre de 2014

Esta mujer mandó a “photoshopear” su retrato a más de 25 países para comparar sus estándares de belleza

Esther Honig, un periodista independiente de Kansas City, envió una fotografía de sí misma sin alteraciones a más de 40 aficionados de Photoshop en todo el mundo. “Hazme hermosa”, dijo ella, con la esperanza de sacar a la luz cómo los estándares de belleza son diferentes en varias culturas.

De acuerdo al Blog de Moda CutyPaste El proyecto, titulado Before & After, originalmente llegó a Honig mientras trabajaba como gerente de medios de comunicación social para una pequeña startup. Su jefe le presentó a Fiverr, un sitio web internacional freelance donde cualquier persona puede contratar a trabajadores independientes de todo el mundo para completar casi cualquier tarea imaginable. Mientras navegaba por el sitio, Honig se dio cuenta de la prevalencia de los que ofrecían conocimientos de Photoshop. “Inmediatamente se me ocurrió que en este grupo de trabajadores, cada individuo probablemente tenían una preferencia estética particular, a su propia cultura”, dijo Honig. De esta manera, nació la idea de Antes y Después.

Trabajando con profesionales independientes en casi 25 países, Honig esperaba que las imágenes variaran de un país a otro, pero se sorprendió por cuán drásticamente algunas de las imágenes fueron alteradas. “Ver algunos trabajos me provocaron piel de gallina… Otras veces las imágenes, como la de Marruecos, me dejó sin aliento, porque era mucho más profundo de lo que podía haber esperado”, dijo Honig.

Sin duda, las imágenes que Honig recogió hasta ahora son interesantes como imágenes individuales, un retrato único de los cánones de belleza de cada país. Sin embargo, cuando se toman en conjunto, el proyecto se convierte en algo mucho más llamativo, un punto de partida interesante para una conversación global sobre los estándares de belleza inalcanzables de todo el mundo. “Lo que he aprendido de este proyecto es lo siguiente: Photoshop nos permitirá alcanzar nuestros estándares inalcanzables de belleza, pero cuando comparamos esas normas a escala mundial, alcanzar el ideal sigue siendo aún más difícil.”