Tragedia de Armero Estilo Hollywood

La tragedia de Armero es una historia que se ha contado de diversas formas, desde múltiples puntos de vista. Hace casi 25 años que el lodo y las cenizas sepultaron la vida y los sueños de cientos de tolimenses que vieron desaparecer su tierra natal.

Este año la historia será contada por un grupo de productores audiovisuales de Santander: la técnica, tal vez una no tan convencional; la historia, la que se esconde en los corazones de los sobrevivientes.

El largometraje a cargo del director Christian Mantilla Vargas, egresado de la universidad Los Ángeles Films School, contará con la participación adicional de un grupo de especialistas en efectos visuales y especiales, radicado en Estados Unidos.

Adicional a este equipo y el hecho de ser una producción establecida en Bucaramanga, una de las características principales del proyecto es que la filmación se hará en su mayor parte en Sabana de la Torres, una pequeña población de Santander, que de acuerdo con el productor Ómar Durán, posee una arquitectura similar a la que alguna vez se encontró en Armero.

La locación fue escogida por la cercanía con Bucaramanga, situación que facilita el transporte de los equipos y la coordinación de actores y personal de producción, pues esta es una película que aunque apunta a ser una cinta con las mejores técnicas de filmación no cuenta con el presupuesto que otras producciones colombianas sí obtienen, al no estar sujeta a algún gremio mediático.

Si bien la producción es financiada en su totalidad por los productores y la familia del Director, el grupo de "Armero", título propuesto para la cinta, ha recibido el apoyo de la Administración local de Sabana de Torres y de la Gobernación de Santander, así como de la Fundación Armando Armero, que especialmente está interesada en el correcto desarrollo del proyecto, pues entienden la importancia del filme para la comunidad del norteño municipio tolimense.

En el Tolima

En un comienzo la productora Inmar Films intentó acercarse tanto a la Alcaldía de Armero - Guayabal como a la Gobernación del Tolima para coordinar lo que será el proceso de filmación en algunas locaciones en el Departamento, especialmente en la ruinas de Armero y sus cercanías.

Para ello, y de acuerdo con el productor Durán, enviaron cartas e intentaron comunicarse por vía telefónica, pero ni los documentos ni las llamadas recibieron respuesta. Poco tiempo después y con los días de pre producción corriendo en contra Durán tomó la decisión de enviar a un delegado de la productora para que se entrevistara personalmente con los funcionarios de los entes territoriales.

La ayuda solicitada, según lo han explicado los productores, no sería inversión financiera, sino una coordinación logística que les permitiría encontrar de forma fácil y segura locaciones como cultivos de algodón, carreteras e incluso poder acceder a las ruinas de Armero, como el Parque Principal.

A pesar de la dificultad en la comunicación y con la decisión tomada de continuar con la filmación con o sin ayuda de las autoridades locales, Inmar Films viajó hasta Armero e Ibagué y encontró no sólo el apoyo que tanto necesitaba para coordinar el rodaje que se desarrollará entre Santander y Tolima, sino también más historias de sobrevivientes y el respaldo de una comunidad que se niega a olvidar a todos aquellos que hace ya casi 25 años perdieron la vida en Armero.

"Una vez llegamos a la región pudimos encontrarnos personalmente con el alcalde de Armero – Guayabal, el señor Gustavo Quiñones, quien manifestó no tener conocimiento previo del proyecto y quien nos ofreció colaboración para la realización del proyecto", comentó Ómar Durán a EL NUEVO DÍA.

Así mismo, manifestó el respaldo incondicional que Patricia Oviedo Palencia, sobreviviente de la tragedia, le ofreció a la productora y quien se encargará de gestionar la ayuda pertinente en la Gobernación del Tolima.

Es así como con la colaboración de los gobiernos seccionales de Santander y Tolima se espera que el rodaje inicie en los próximos meses y que la historia sea contada una vez más, con otras cámaras, con otros personajes, pero con el mismo espíritu de evocación y respeto.