Esta mañana, varios testigos han podido observar una nube con forma de pene situada justo encima de la Santa Sede. Aunque al principio el suceso ha sido tomado como una anécdota sin importancia, la acción del viento ha ido estirando cada vez más el cúmulo, simulando claramente una erección en tiempo real. El parecido era tan obvio y el asunto empezaba a cobrar tanta relevancia entre la cuidadanía que la Curia Vaticana ha decidido finalmente desalojar el Vaticano hasta la desaparición de la nube recomendando a los fieles que se abstuvieran de mirar al cielo, prohibiendo asimismo tomar fotografías del extraño fenómeno meteorológico.
“No es una broma de Dios ni una acción del Diablo. Se trata de una rara casualidad que nada significa”, aclaraba un portavoz de la Santa Sede. “Si no tuviera importancia no hubieran desalojado la zona. Nos están ocultando algo”, afirmaba un turista. “Probablemente nos estén ocultando el glande”, añadía sarcásticamente un periodista italiano que cubría el suceso en directo.
A causa del desmedido interés levantado por la nube -muchos feligreses se han desmayado al ver el cielo y han requerido asistencia médica-, el Papa Benedicto XVI se ha dirigido a los fieles en un mensaje televisado afirmando que “estamos en contacto directo con expertos meteorólogos que nos han asegurado que esta nube no provocará lluvia”. Se alejaba así el temor de muchos católicos, que imaginaban al enorme pene orinando o, peor aún, eyaculando con abundancia encima de la Santa Sede.
A lo largo de toda la mañana la famosa nube fálica se ha ido desplazando lentamente hacia el este y se ha estirado hasta disiparse casi en su totalidad sobre la una del mediodía. Las autoridades, que habían acordonado la zona, han vuelto a permitir el acceso a las instalaciones de la Santa Sede y la situación se ha normalizado aunque aún son muchos los católicos que miran al cielo entre recelosos y expectantes.
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