Un grupo terrorista ha secuestrado el avión en el que viaja el Presidente de los Estados Unidos y exige la liberación de un despiadado general ruso, Ivan Radek, que fue detenido tres semanas antes del secuestro por anunciar públicamente que iba a suprimir la democracia en Kazajistán y que instauraría un régimen comunista en el país. Se plantea un doble dilema: a nivel institucional, la vicepresidenta de los Estados Unidos debe considerar si admite la muerte de unos pocos pasajeros (aunque entre ellos esté la familia del propio Presidente de los Estados Unidos) o si cede ante las peticiones de los terroristas, lo que puede ocasionar la muerte de miles de personas; a nivel personal, el propio presidente de los Estados Unidos debe optar entre proteger su familia o proteger al mundo.
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